¿Tiene cabida la espiritualidad en la atención clínica?
Ángela C López-Tarrida
Coordinadora Ética y Bioética Andalucía y Canarias de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Sevilla, España
Palabras clave:
Espiritualidad, Atención clínica
Resumen
Biografía del autor/a
Ángela C López-Tarrida, Coordinadora Ética y Bioética Andalucía y Canarias de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Sevilla, España
Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, ejerció en Atención Primaria durante 7 años, continúa en la asistencia sanitaria actualmente en el Servicio de Cuidados Críticos y Urgencias del Hospital SJD del Aljarafe desde hace casi 15 años. Máster en Pastoral de la Salud (Universidad de Teología de Granada-OH), Máster Bioética (Universidad de Sevilla-OH). Doctorado en Ciencias de la Salud por la Universidad de Sevilla. Coordinadora y profesora del Máster de Bioética y Humanización de la Asistencia (Universidad de Sevilla-OH). Docente colaboradora en la Facultad de Odontología (US) en las Jornadas de ética y valores profesionales sanitarios. Ha impartido formación en talleres y ponencias sobre la relevancia del cuidado de la espiritualidad en el ámbito clínico, tanto en entornos universitarios, hospitalarios, públicos y privados. Coordinadora del Departamento de Ética y Bioética de Andalucía y Canarias de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
O cuidado integral às pessoas implica sempre a prestação de cuidados espirituais. Trata-se de responder às necessidades das pessoa e aumentar a qualidade dos cuidados.
La cabida de la espiritualidad en el manejo y cuidado de los distintos pacientes, bajo mi punto de vista es fundamental y debe ser un ítem más a completar para una asistencia de calidad.
La espiritualidad tiene cabida no solo en el ámbito clinico, sino en cualquier escenario donde una persona tenga algun tipo de situación y la enfermera con sus conocimientos y actitud acompañe a esta persona afrontar y superar su situación emocional.
con la evolución de los tiempos y el cambio de paradigma del sistema de salud que estaremos prontos a presenciar es importante poder dar lugar a los cuidados humanísticos. Ahora la humanidad esta transcendiendo de lo material a lo espiritual por tanto el cuidado ya no solo del cuerpo se vuelven importantes.
Es muy importante acompañar a la persona en momentos difíciles, la espiritualidad es una tarea difícil abordar y deberemos hacer incapié en formarnos más si hace falta para dar lo mejor de nosotros a nuestros pacientes.
La espiritualidad es un tema que cada día es importante considerar en la formación de las enfermeras y enfermeros, ya que abordarlo con un paciente no es tarea sencilla se requiere que el alumnado tenga conocimiento y también aprenda a relacionarse.
Buena pregunta, pero con una respuesta clara: sí. Las enfermeras debemos tener en cuenta la espiritualidad y la parte más humana y menos biológica, porque, aunque nunca dejemos de lado los cuidados físicos, los mentales y espirituales son tan importantes o más; muchas sensaciones y procesos físicos están basados en problemas mentales o psicológicos, que, en ciertas circunstancias, con un abordaje más espiritual, mejoran de una forma muy notable.
Identificar y brindar cuidados de manera integral y holística es una de las responsabilidades de las enfermeras. Para ello es necesario abarcar cada una de las dimensiones de la persona. En ocasiones el sufrimiento espiritual es el que más dolor produce y cuando este se atiende, puede ser más llevadera la enfermedad. Gracias por la exposición tan interesante y clara.
De nuevo, la importancia de la espiritualidad y la parte humana de la atención en la salud. Existen estudios que demuestran la importancia del vínculo enfermera-paciente, un vínculo de respeto y de escucha activa y además, un vínculo de confianza en el que compartir ideas y pensamientos de todos los ámbitos, sobre todo de esta parte espiritual.
La espiritualidad debe formar parte del ámbito de la atención sanitaria como una forma integral de valoración, y en nuestro caso enfermera. En la formación, deberíamos hacer incapié en este aspecto para no dejarlo de lado ya que forma parte de la persona
Un placer volver a escucharte, Ángela, me parece un acierto poner de manifiesto la evidencia de los beneficios de la atención espiritual a los pacientes. La espiritualidad es una dimensión más de la persona que además forma parte de su cultura, por lo que no tiene sentido obviarla. Gracias por tus presentaciones tan didácticas!!
La espiritualidad debería de estar siempre presente en el ámbito clínico, desde el momento que se realiza una valoración integral a la persona, ahondando en la dimensión física, psicológica, espiritual y social. Además, estas dimensiones no son compartimentos estancos, sino que se interrelacionan entre sí y lo que sucede en una afecta al resto. Por tanto, la dimensión espiritual siempre está presente en la atención clínica, solo que se la relega a un segundo plano o se asume de manera implícita.
Respecto a la pregunta que realiza la ponente sobre si la espiritualidad tiene cabida en la atención clínica, he de decir que si, de forma rotunda. Es importante que no solo se aborde el lado físico de la persona, acompañarla en otros aspectos como la espiritualidad para fomentar el bienestar y dar un cuidado de calidad en todas las esferasm tanto al paciente como a sus familias que están acompañando.
¿Tiene cabida la espiritualidad en la atención clínica?, una interesante pregunta, que nos invita a la reflexión, Si bien es imperativo cuidar de la persona y saberla acompañar en momentos de sufrimiento e incertidumbre, también es fundamental favorecer la espiritualidad de la persona en otras situaciones que están fuera del sufrimiento e incertidumbre.
La espiritualidad es una faceta inherente al ser humano, es una necesidad de enlazar nuestra parte corporal, con la parte humana y con nuestro pensamiento, nuestro sentir y con la fortaleza que puede dar los principios, los valores, las creencias, en la forma que cada quien pueda tenerlas y manifestarlas, tanto si la asociamos con una creencia religiosa, como si la asociamos con la naturaleza misma del ser humano. Ignorar la espiritualidad de un paciente es ignorar una parte del mismo y asi la atención en salud jamas podra ser completa. Felicidades
Incorporar la espiritualidad en la atención clínica repercute positivamente en la salud y la calidad de vida de los pacientes. Les brinda un sentido de apoyo y comprensión que puede aliviar el estrés y la ansiedad, mejorando así sus resultados de salud. Además, esta atención integral fomenta un ambiente de confianza y respeto, lo que en última instancia enriquece la práctica profesional y la satisfacción tanto del paciente como del enfermero/a u otro profesional de la salud que esté en contacto con el paciente. Entonces, la espiritualidad, desde mi punto de vista, no solo tiene cabida, sino que es esencial para una atención clínica de calidad.
El cuidado de la dimensión espiritual en la atención clínica está auspiciado por diversos fundamentos entre los cuales se hallan las evidencias científicas que demuestran el impacto positivo que tiene en la salud y la mejora de la relación clínica en la toma de decisiones al establecer una vínculo humano significativo en el proceso de enfermedad, ante el sufrimiento que pueda derivarse de ello y en la sanación de la persona, de hecho, los pacientes desean poder hablar de sus necesidades espirituales con los profesionales que los atienden y hay estudios que lo manifiestan.
Por otro lado, las Ciencias de la Salud van parejas a las demandas de la sociedad, no están escindidas, sino que evolucionan con ella, y es palpable que existe un requerimiento sobre que la faceta espiritual sea considerada en el ámbito clínico.
A su vez, el profesional sanitario debe procurar este cuidado por el imperativo ético fundado en su deber deontológico de atender a la persona respetando su autonomía, considerando sus convicciones, valores y creencias, además de estar actualizado en sus propios conocimientos respecto a esta vertiente espiritual ofreciéndolos a la persona atendida (principios de beneficencia, no maleficencia y justicia).
Por tanto, es indudable que el profesional sanitario debe tener habilidades científico técnicas para el ejercicio de su labor asistencial de forma óptima, sin olvidar un aspecto más profundo y significativo: la persona no es sólo un “lugar” donde ocurren hechos biológicos como son la enfermedad o la muerte, se suceden procesos mentales que generan emociones y se alteran roles sociales, sino que es un ser que se interpela por lo que le ocurre, sobre el sentido y el significado del mismo, influyendo en su afrontamiento y en el restablecimiento de su salud.
Una verdadera atención holística de la salud atiende al ser humano en su totalidad y la dimensión espiritual es relevante en este sentido como se ha referido.
El artículo "¿Tiene cabida la espiritualidad en la atención clínica?" me ha parecido especialmente relevante y reflexivo. Resalta cómo la atención a la espiritualidad de los pacientes en momentos de sufrimiento e incertidumbre fortalece el vínculo humano y mejora la relación clínica. Además, enfatiza la repercusión positiva en la salud y calidad de vida de los pacientes, subrayando la importancia de una atención integral que contemple todas las dimensiones del ser humano. Este enfoque es esencial para una práctica clínica verdaderamente holística y humanizada.
Como usted lo comentó en su presentación, el cuidado espiritual es una obligación ontológica para los profesionales de enfermería, ya que el cuidado en sí, implica la atención para el bienestar espiritualidad, puesto que al brindar un cuidado integral se deben considerar todas las esferas que integran al ser humano.
Después de lo acontecido en la pandemia por Covid, las perdidas tan fuertes en la familia, en la sociedad, la economía, en todos los sentidos y en el mundo entero, el abordaje del ser humano debe contemplar su totalidad, y en ello esta incluido su espiritualidad, ante tanto desconcierto, e incertidumbre solo algo superior fortaleció a las familias, a las personas, la soledad invadió los hogares, el desamparo entro por la puerta de las casas y el individuo se abrazo a si mismo, a sus fortalezas y entre ellas se encuentra la espiritualidad, hoy mas que nunca debemos considerar en el cuidado del otro su totalidad, como profesionales del área de la salud trabajemos con todo aquello que mejora y fortalece el cuidado de la salud
Es fundamental tener en cuenta la espiritualidad tanto del paciente como de la familia y respetarla. A lo largo del grado de enfermería, se da mucha importancia a la visión holística del paciente, pero en la práctica, ya sea por falta de tiempo o rapidez a la hora de atender a los pacientes, muchas veces se pasa por alto. La figura de la enfermera, precisamente, es fundamental para proporcionar acompañamiento, y dar seguridad a los pacientes de que sus creencias y voluntad se respeten.
Como reciente egresada de enfermería, durante el Grado, he echado en falta el abordaje del cuidado de la dimensión espiritual en alguna asignatura. Es cierto que, desde el primer año, se ha incidido en la importancia de la visión holística de la persona como ser bio-psico-social y espiritual y en la humanización de los cuidados, pero a medida que avanzaba la carrera, se tendía siempre a reducir biológicamente a la persona, dando prioridad a la dimensión física, olvidando la espiritual.
La espiritualidad, como estrategia de inter-
vención, posee versatilidad en su estructu-
ración y manifestación, de tal forma que su
expresión única, íntima y personal involucra
no sólo experiencias de vida, sino también
formas particulares de manejar la informa-
ción procedente del entorno con quien la
persona interactúa permanentemente y en
forma dinámica consigo misma, con los de-
más y con un ser superior, de tal forma que
logra interpretar la situación vivenciada,
darle un significado.
En relación a la pregunta formulada por supuesto que si. Durante muchos años el ámbito sanitario se ha tenido más en cuenta la dimensión física. Actualmente el modelo integral centrado en la persona destinado a personas que precisan cuidados de larga duración con una visión holística tiene muy en cuenta todas las dimensiones de la persona donde la dimensión espiritual tiene un gran papel en la mejora de la calidad de vida de los usuarios. Es un gran reto como profesionales poder acompañarles.
La respuesta a la pregunta de la ponente es un rotundo sí. Es necesaria y en ámbitos como los cuidados paliativos u oncología el sentido de la espiritualidad es fundamental. Son parte de la persona, creyente o no, con la que se va a compartir el futuro de la enfermedad.
Durante años la medicina se dedicó a los aspectos técnicos, dejando a un lado los cuidados más humanos de las profesiones sanitarias. Afortunadamente hoy en día es un aspecto fundamental de la atención a los pacientes, aplicando una atencion integral centrada en la persona.
La espiritualidad tal como la atención a la salud tiene una gran relevancia en el ámbito clínico, desde mi punto de vista no solo en la persona que vive una enfermedad, sino en quienes lo acompañan, en varios casos el ser humano necesita ser acompañado, sin embargo, como profesionales de la salud solo nos enfocamos en la parte física y olvidamos que la persona es un ser holístico, razón que renueva nuestro compromiso para atender esta esfera en nuestros pacientes.