Molina Ibáñez, María Luisa. Eres mi hermana blanca. Te pido que cuentes mi historia. Paraninfo Digital. 2024; (39): e39004n. Disponible en: https://ciberindex.com/c/pd/e39004n [acceso: 13/10/2024]
Muchas gracias Elena por tu comentario. Nuestra vocación tiene el sello de la humanización en los cuidados que podemos prestar a los pacientes independientemente de su origen, raza, religión, etc. Un abrazo!
Solo puedo mostrar mi agradecimiento por compartir esta historia de vida tan personal y humana. Demuestra la integración de los cuidados humanísticos y visibiliza el trabajo enfermero. Gracias de nuevo.
Gracias Fátima por tu comentario. Efectivamente, como profesionales de la salud somos un todo para los pacientes y también para sus acompañantes. De tal manera que, nuestro quehacer se hace extensible a otras facetas de sus vidas. Pero, la gratificación que logramos es mayor, de eso no cabe duda. Un abrazo!
Los profesionales de Enfermería se enfrentar a diversas situaciones como la que presentan donde adquieren como se menciona deudas morales, por lo que constantemente se ven inmersas en situaciones que desafían lo profesional de lo humano, así mismo los papeles que toman los profesionales de Enfermería son diversos porque son amigos, acompañantes, cómplices, o como en el caso de esta narrativa ser la voz de otro.
Buenas tardes Miriam. Me alegro de que te haya emocionado esta historia. Seguiremos adelante intentando transmitir estas pequeñas historias que engrandecen nuestra labor asistencial. Muchas gracias. Un saludo.
Una historia tristemente preciosa... Me ha llegado al corazón.
Durante mi trayectoria también he tenido conexiones increíbles con algunas personas y realmente es lo más bonito de nuestra profesión.
Sin duda... experiencias como esta son las que realzan el valor de nuestro trabajo, aunque lamentablemente son poco frecuentes...
Sin embargo, lo que tú has vivido es extraordinario, convirtiéndose en una noticia fascinante.
Muy emocionante.
Buenas tardes Elena. Gracias a ti por tomarte la molestia en leer esta historia y por captar el mensaje cargado de humildad y cercanía que he tratado de transmitir. Un abrazo!
Así es Isabel. Con cuántas pacientes nos encontramos a lo largo de nuestra vida laboral, sin ser conscientes de que nos aportan más de lo que ofrecemos. Imagino que a ti te sucederá lo mismo. Gracias Isabel por tu reflexión. Un saludo.
Lucila, gracias a ti por tomarte el interés en leer esta pequeña experiencia que tuve. Bueno, seguro que tú también habrás experimentado vivencias enriquecedoras que tengo por seguro serán valiosas para compartir. Un abrazo!
El encuentro entre dos personas sin duda resulta de beneficio positivo para ambas, a veces quedas pensando quien fue el que ayudó más el paciente o el paciente te ha ayudado a ti en la satisfacción de dar y acompañar, gracias por compartir la narrativa, que sin duda nos deja reflexionando.
Así es María, este paciente nos dejó una huella especial en todos los compañeros de la unidad. Esta narrativa sólo es un esbozo de su historia de vida. La humanidad afortunadamente se propaga en todos aquellos que abogamos por un mundo mejor. Como enfermeras ni que decir, llevamos algo inherente a nuestro ADN. Un saludo.
Gracias Joselin. Cuando nos llegan pacientes originarios de otros países hemos de mostrar una sensibilidad especial, no sabemos cuál es su historia de vida, de ahí que debamos proporcionar unos cuidados de calidad basados en la evidencia científica, sin olvidar su nivel cultural, creencias, etc. tradiciones... Nuevamente agradecida por tu comentario. Un saludo.
Una historia conmovedora y que nos regala día a día nuestra profesión, como tu dices si el tiempo administrativo lo permite.
La humanidad que emanamos y que nos regalan, el tiempo que es maravilloso para una persona que está pasando por un proceso alterado de salud. El tiempo que es maravilloso si somos conscientes de ello. Gracias.
La integración de los principios humanísticos en la práctica diaria de la enfermería es esencial para proporcionar un cuidado de calidad y respetuoso, alineado con las necesidades y valores de cada paciente. Felicidades por el trabajo!
Gracias Nuria por tu comentario. La verdad es que con ese paciente tuve una conexión especial; afortunadamente hay algo que está dentro de nosotros/as que nos hace ser diferentes: somos enfermeras, somos vocacionales, somos humanas. Un abrazo.
Este reconocimiento nos humaniza y nos recuerda la importancia de la empatía y la conexión emocional en el cuidado de los pacientes, subrayando la necesidad de un enfoque compasivo y atento en la práctica asistencial.
Gracias Blanca por tu comentario. A veces, nos enfrentamos a situaciones que calan en lo más profundo de nuestro ser. Tengamos en cuenta que somos una profesión que se caracteriza por la humanización en los cuidados basados en la evidencia científica, pero, no olvidemos que debemos captar y dar respuesta a esos sentimientos y emociones que manifiestan nuestros pacientes y darles visibilidad. Y, si no somos capaces, mejor dejemos la profesión. Un saludo!
Estimada compañera: situaciones así son las que le dan la grandeza a nuestro trabajo, pero es una pena que sean tan escasas. De hecho, cuando una situación es cotidiana, no supone una noticia ni una novedad para comunicar. Lo tuyo, debido a la excepcionalidad, si es noticia y es muy interesante. Has tenido mucha suerte al poder vivir esa situación.