La sobresaturación del Sistema Sanitario, además, ha provocado una desatención a problemas de salud habituales. La literatura sugiere que cuidados antes abordados desde el entorno profesional son ahora realizados en el ámbito doméstico.
Los cuidados no profesionales tradicionalmente se transmiten como parte de la cultura. Esto habitualmente no supone un problema, pero en la coyuntura actual se están realizando cuidados en los hogares a problemas de salud que deberían ser atendidos por profesionales. ¿En qué información se basa la población para realizar estos cuidados?
Esta situación no se puede desprender del contexto sociocultural en el que esto está ocurriendo. Vivimos en la sociedad de la información y el conocimiento, la sociedad de la inmediatez, donde la información, cada vez más, llega a la población sin un filtro científico; y que en las ciencias de la salud se suma a que el compromiso de los investigadores de combatir los bulos adquiere una dimensión ética y deontológica hacia las personas.
Toda esta información sobre salud y cuidados se mercantiliza en los entornos virtuales, entornos que nos acompañan desde hace décadas, y que la sindemia ha hecho casi obligatorios. Pero en ellos no todo son ventajas, debemos acercar a la sociedad temas de relevancia e impacto social en nuevos soportes o medios de interacción online más efectivos. Los entornos virtuales no siempre son accesibles para todos, y la información de salud como tradicionalmente se transmite no está pensada para la diversidad de personas que la necesitan.
Por todo ello, se hace ineludible realizar investigaciones donde el fin último no solo sea implementar los resultados sobre la población, sino que además parta y se mantenga conectada con las personas destinatarias durante todo el proceso. Siguiendo los valores de la investigación e innovación responsable, debemos dar un paso más, realizando divulgación responsable e inclusiva.
En el momento actual, transformar los resultados de investigación directamente en conocimientos para la población es indispensable. En el caso concreto de la divulgación desde las ciencias de la salud, el impacto del conocimiento transmitido tiene un valor social añadido, ya que su repercusión va más allá que la mera comprensión de la ciencia, mejorando la salud de las personas.
El acercamiento de la comunidad científica a la población mediante la divulgación, pasa por incorporar valores de justicia social, integrando diferentes perspectivas. Si buscamos utilidad en servicio a la población, no es posible plantear estrategias vinculadas a una sola disciplina o institución, sino que es necesario aunar conocimientos y esfuerzos para que los resultados respondan a las necesidades complejas, transfigurándose en significativos para las personas para la que se piensan.
La información sobre cuidados que llega a la población, generalmente no está tamizada por la evidencia científica ni tiene en cuenta la diversidad de la población beneficiaria. En la coyuntura actual, se constituye como un riesgo para la salud, considerando que muchos cuidados profesionales se han trasladado al ambiente doméstico.
Si hablamos de cuidados, hablamos de enfermería. Buscando el apoyo de la comunidad científica, invitamos a reflexionar sobre el compromiso ineludible de las enfermeras de divulgar de forma responsable e inclusiva Cuidados Basados en Evidencia, sin dejar a nadie atrás.