Divulgar, incluso en la ciencia, lleva intrínseco el compromiso de posibilitar que cualquier persona adquiera y comprenda el conocimiento que antes no tenía a su alcance. La máxima “una imagen vale más que mil palabras” hace renacer con fuerza la Infografía como forma de visualización de datos centrada en la combinación de elementos gráficos.
Para realizar una Infografía efectiva hay que combinar dos elementos: información de calidad y dominio del arte visual. Esto conlleva tiempo y esfuerzo. ¿Merece la pena invertirlos para que los resultados de una investigación o las recomendaciones basadas en la evidencia puedan ser comprendidos por una población más generalista? Como está claro que sí, conozcamos algunos aspectos clave en la elaboración de una Infografía con suficiente fuerza visual como para que atrape en sus contenidos.
1. Selecciona la temática: concéntrate en asuntos que sean importantes, actuales u originales.
2. Contrasta y verifica las fuentes para que la información sea creíble y veraz.
3. Elabora una narrativa clara y sencilla: convierte el problema principal en el encabezado y resume los puntos más importantes.
4. Realiza un bosquejo o un esquema de página (wireframe) que contenga el texto volcado en el mapa conceptual y las imágenes que te sugiera.
5. Asegúrate de que las imágenes e iconos que utilices se relacionen con el tema principal de la infografía.
6. Controla el color: evita fosforescentes o brillantes ya que pueden causar estrés visual.
7. Deja márgenes en los bordes de la infografía y espacios entre los elementos principales.
8. Utiliza una sola tipología de letra para todo el documento, que sea sencilla, legible y con un tamaño adaptado al medio en el que se va a publicar.
9. Desglosa la información como máximo en 10 puntos principales bien diferenciados y si es necesario organízalos en diferentes secciones.
10. Guarda una copia de la infografía en versión modificable, es posible que tengas que ir actualizando datos.
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